La Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, ante la protesta social desencadenada desde el 28 de abril en Colombia, manifiesta una vez más su solidaridad con el pueblo de dicho país.
La oligarquía y el gobierno colombianos, siguiendo prácticas reiteradas de grupos hegemónicos a nivel mundial, intentó una vez más hacer recaer todo el peso de un reajuste financiero sobre los económicamente débiles, mediante el sistemático otorgamiento de exoneraciones y exenciones al gran capital, y un aumento desproporcionado del neoliberal y recesivo Impuesto al Valor Agregado (IVA), que castiga preponderantemente el consumo de los menos privilegiados.
La respuesta popular ha sido el mayor paro nacional ocurrido en Colombia desde el año 1977, al cual la oligarquía y su gobierno han respondido con una represión brutal que hasta el 7 de mayo acumula cifras de 1.728 episodios de violencia policial, 900 detenciones arbitrarias, 234 casos de violencia física, 11 de violencia sexual, 26 de heridas en los ojos, 37 homicidios y 87 desaparecidos.
La generalizada protesta se explica por la situación que tradicionalmente enfrenta Colombia, el segundo país con mayor desigualdad social de América Latina, región que a su vez es la más desigual del mundo. Dicho país aloja 21 millones de habitantes en situación de pobreza general, el 42,5% de la población, y 7,47 millones de personas en pobreza extrema.
Tan marcada y prolongada desigualdad a su vez explica que Colombia se encuentre sumida en una contienda civil que, con intermitencias, se prolonga desde el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y la consiguiente devastación de la capital en 1948. En el curso de dicho enfrentamiento, oligarquía y gobierno han recurrido sistemáticamente a medidas inadmisibles, tales como la creación de milicias paramilitares para la reiterada comisión de crímenes de lesa humanidad; la masiva aplicación de torturas y ejecución de “falsos positivos”, el desplazamiento forzoso de millones de colombianos para entregar sus fundos a terratenientes y el irrespeto a los Acuerdos de Paz mediante el metódico asesinato de combatientes pacificados y dirigentes sociales.
Para mantenerse en el poder, gobierno y oligarquía no han vacilado en patrocinar actividades delictivas que convirtieron al país en el primer productor de cocaína del mundo y penetraron la trama de las autoridades hasta contaminarlas con la llamada parapolítica; han incrementado desproporcionadamente el gasto militar para convertir su patria en “País Halcón” aliado de Estados Unidos, comprometido la soberanía al permitir la instalación de oficinas de la Drug Enforcement Administration, bases militares estadounidenses y enclaves de la OTAN, y alojado, entrenado, pertrechado y financiado agresiones armadas contra los países limítrofes.
El pueblo colombiano, por consiguiente, se encuentra en áspera y desigual contienda contra fuerzas de una oligarquía interna delictiva, acostumbrada al uso ilegítimo y masivo de la violencia y apoyada por contingentes de ocupación imperiales.
Ante tal situación, la Red en Defensa de la Humanidad manifiesta su solidaridad con la población y los luchadores sociales; hace un llamamiento a las autoridades para que no persistan en su desproporcionada represión, a las fuerzas estadounidenses destacadas en la zona para que no intervengan en una situación que incumbe sólo a los nacionales, y espera que de estos movimientos de legítima protesta colectiva surjan irreversibles avances y fortalecimientos para la causa popular.
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