martes, 23 de abril de 2024

Resolución 2728 del Consejo de Seguridad exigiendo un alto al fuego humanitario en Gaza

 | NUEVA YORK (EE.UU.) | 2 DE ABRIL DE 2024

La representante permanente de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, finge ver por primera vez el texto de la resolución adoptada.

El Consejo de Seguridad,

Guiado por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas,

Recordando todas sus resoluciones pertinentes sobre la situación en Oriente Medio, incluida la cuestión palestina,

Reiterando su exigencia de que todas las partes cumplan las obligaciones que les incumben en virtud del derecho internacional, incluidos el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, y deplorando a este respecto todos los ataques contra civiles y bienes de carácter civil, así como todos los actos de violencia y las hostilidades contra civiles y todos los actos de terrorismo, y recordando que la toma de rehenes está prohibida por el derecho internacional,

Expresando profunda preocupación por la catastrófica situación humanitaria de la Franja de Gaza,

Reconociendo las gestiones diplomáticas que están realizando Egipto, Estados Unidos y Qatar con el fin de lograr un cese de las hostilidades, liberar a los rehenes y aumentar la prestación y la distribución de ayuda humanitaria,

1. Exige un alto al fuego inmediato para el mes de ramadán respetado por todas las partes que conduzca a un alto al fuego sostenible duradero, y exige también la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y que se garantice el acceso humanitario para atender sus necesidades médicas y otras necesidades humanitarias, y exige además que las partes cumplan sus obligaciones en virtud del derecho internacional en relación con todas las personas que detengan;

2. Pone de relieve la urgente necesidad de ampliar el flujo de asistencia humanitaria a los civiles de toda la Franja de Gaza y reforzar su protección, y reitera su exigencia de que se eliminen todos los obstáculos que dificultan la prestación de asistencia humanitaria a gran escala, con arreglo al derecho internacional humanitario y las resoluciones 2712 (2023) y 2720 (2023);

3. Decide seguir ocupándose activamente de la cuestión.

miércoles, 17 de abril de 2024

 a y Pensamiento Crítico

16 MIL PALABRAS, 100 TESTIMONIOS, 50 IMÁGENES PARA PALESTINA E ISRAEL

En esta guerra de bombardeos contra la población civil de la Franja de Gaza, y colateralmente, contra la que habita en Cisjordania, Israel ha desplegado su máximo poderío, demostrando el masivo apoyo militar y de inteligencia de los Estados Unidos y otras naciones de la OTAN, pero también de diversos países, vistos a priori como ‘árabes, enemigos de Israel’.

Esa ayuda del complejo militar-industrial occidental al gobierno de ultra-derecha hebreo para la aniquilación de los palestinos tuvo, en medio año, el manifiesto aval político y diplomático de toda la Unión Europea, un factor indispensable para sostener una agenda de ‘buenos y malos’, y su brazo civil más relevante, los medios de comunicación.

Como se dijo desde el principio, la incursión y masacre de Hamas del 7 de octubre de 2023 no puede justificar nada de lo que ocurrió en estos 180 días, porque en la base y antes de esos muertos y secuestrados hay un dato insoslayable: la Franja de Gaza está cercada por tierra, mar y aire, es decir, que es campo de concentración desde hace más de una década, con o sin, antes y después del hecho barbárico del 7 de octubre.

La escala de los ataques del ejército israelí a la población de Gaza superó en los primeros 100 días un Kilotón, equivalente a tres bombas atómicas, y en 180 días, más que todas las bombas que el ejército norteamericano arrojó en Vietnam.

La Corte Internacional de Justicia aceptó escuchar la demanda por genocidio iniciada por Sudáfrica, con apoyo de 70 países. Y Sudáfrica, de pleno derecho, país que conoció los guetos y al apartheid, argumentó con juristas de las más prestigiosas instituciones (incluso un ex juez de esa Corte Internacional) por qué acusa a Israel de genocidio. A diferencia de otras sentencias, en ésta, que fue favorable a Sudáfrica y reconoció que el estado sionista lleva a cabo acciones que habilitan un genocidio sobre la población palestina, los condenados no fueron algunos criminales o jerarcas sueltos, de tantas otras horrendas barbaries como la de la ex Yugoslavia. Es el propio Estado de Israel el condenado por genocidio. Y el Tribunal concedió al gobierno de Tel Aviv un plazo para que ‘cese’ toda acción conducente al genocidio, lo que no ocurrió, sino que se profundizó (ver link).



Reuniones ‘urgentes’ del Consejo de Seguridad de la ONU no lograron en meses una Resolución que acercara la paz. Y la única que se logró votar es porque no fue ni rechazada ni vetada por Estados Unidos. El 18 de octubre el gobierno de Joe Biden vetó en la ONU una ‘pausa humanitaria’ cuando había 3.500 palestinos de Gaza asesinados; vetó otra el 8 de diciembre cuando los palestinos muertos en Gaza eran 17.000 y vetó otra cese del fuego en el Consejo de Seguridad, el 20 de febrero cuando los palestinos masacrados en Gaza eran 29.000. Y la Resolución que se votó en pos de un cese del fuego avanzó porque EE.UU se abstuvo. Pero tampoco fue respetada por Israel que continuó con los bombardeos.


Rafah 18 marzo 2024 Foto Abed Rahim Khatib

El 19 de febrero la Corte Internacional de Justicia de La Haya (ver link) inició las audiencias para determinar si los 57 años de ocupación de los territorios palestinos (desde 1967) y la supresión de los derechos humanos básicos constituyen, o no, apartheid. La demanda la presentaron 52 países., incluyendo China, Pakistán, Bolivia, Qatar, Kuwait, Sudáfrica, Turquía y Colombia. El primer ministro israelí desconoció al Tribunal.

No es prejuicioso ni antojadizo ni arbitrario afirmar que Israel no respeta a ningún tribunal internacional, ni respeta las Convenciones de guerra suscriptas por la comunidad internacional, ni respeta las Resoluciones de las Naciones Unidas. Y tampoco admite veedores internacionales. Y prohíbe que las diversas agencias de la ONU entreguen las miles de toneladas de alimentos, medicamentos y elementos básicos que hace meses están estacionados en la ruta que va de Egipto a la Franja de Gaza. Los permisos concedidos, en meses, equivalen a la cantidad de camiones que ingresaban en un día…

Está a la vista la decisión de eliminar por hambre, insalubridad, carencia de agua, combustibles, antisépticos y medicamentos a la población palestina. Eso es genocidio, incluso si dejaran de arrojar bombas, porque los 2.300.000 millones de habitantes de Gaza viven en un gueto del que nadie sale y al que nadie entra, y los ministros del gabinete israelí afirman que no hay nada que se llame ‘Palestina’ y que la Franja de Gaza les pertenece (ver link). Los pocos que salen, a partir de acuerdos triplemente revisados por Israel y Egipto, es por razones de salud extremas. Y algunos de los que salen, como en otras tantas fronteras del mundo, es porque pagan cientos o miles de euros a algún uniformado, como reporta la Deutsche Welle (ver link).

Juan Bautista Alberdi escribió un memorable manifiesto contra la Triple Alianza que destrozó el Paraguay. Lo llamó “El Crimen de la Guerra”.

Honrados, en la Revista Web de Cultura y Pensamiento Crítico www.purochamuyo.com / Cuadernos de Crisis, de ofrecer este extenso informe, que invitamos a leerlo, compartir y coleccionar.

Darío Bursztyn – Editor


martes, 9 de abril de 2024

LA VERDAD DE VENEZUELA PREVALECERÁ FRENTE AL DESPOJO TERRITORIAL RECUPERAREMOS EL ESEQUIBO

 República Bolivariana de Venezuela

Comunicado

  1. La República Bolivariana de Venezuela informa la presentación, ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), del documento contentivo de la verdad sólida y la posición oficial, en relación con las bases históricas y actuales de su derecho soberano sobre la Guayana Esequiba.
  2. La entrega de este documento no implica el consentimiento de Venezuela ni el reconocimiento a la jurisdicción de la Corte en la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba, ni de la decisión que pueda adoptar sobre este asunto.
  3. En marzo de 2018 la República Bolivariana de Venezuela fue informada de uno de los eventos de mayor gravedad en la historia de la controversia sobre la Guayana Esequiba: la República Cooperativa de Guyana se había atrevido a irrumpir violentamente contra el Acuerdo de Ginebra y la legalidad internacional al demandar unilateralmente ante la Corte Internacional de Justicia la validez del fraudulento laudo arbitral de 1899 de forma irregular.
  4. Venezuela, sin demora, se opuso a esa peligrosa jugada antijurídica de Guyana, impulsada por la Exxon Mobil desde el año 2015 y respaldada por el gobierno de los Estados Unidos de América, que scio tiene como propósito desconocer y burlar las obligaciones claramente establecidas para las partes en el Acuerdo de Ginebra de 1966. La desesperación de Guyana se había desbordado en su avaricia por robar las inmensas riquezas que pertenecen a Venezuela.
  5. El 17 de febrero de 1966, Venezuela, el Reino Unido y la Guyana Británica, hoy República Cooperativa de Guyana, suscribieron el Acuerdo de Ginebra con el objeto de poner fin a la controversia territorial mediante un arreglo práctico, aceptable y satisfactorio para todas las partes. Este Acuerdo está en vigor y es el marco normativo que debe ser cumplido de buena fe por las partes, conforme al derecho internacional.
  6. En efecto, desde que se concibió, negoció y firmó el Acuerdo de Ginebra, así como durante las labores de la Comisión Mixta, la vigencia del Protocolo de Puerto España y el proceso de buenos oficios, nunca estuvo sobre el horizonte resolver la cuestión jurídica sobre la validez del laudo, Siempre el objeto, naturaleza y razón ha sido resolver la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba, mediante la negociación política, pacifica y diplomática.
    República Bolivariana de Venezuela.
  7. Venezuela, partiendo del despojo orquestado por el Reino Unido y ejecutado mediante el fraude arbitral de 1899, ha tenido una legitima y justificada desconfianza histórica con estos mecanismos, dado el poder decisivo que ejercen los imperios coloniales sobre estas instancias para imponer sus intereses y despojar a los pueblos. Solo el Acuerdo de Ginebra es el instrumento para resolver esta controversia.
  8. Algunas actuaciones de la Corte Internacional de Justicia en el caso de la Guayana Esequiba han alimentado esta desconfianza, especialmente tomando en cuenta los intereses energéticos que están detrás de la demanda unilateral de la República Cooperativa de Guyana.
  9. La más grave de ellas ha sido aceptar y dar trámite a la demanda de Guyana sin que Venezuela haya dado nunca su consentimiento a la jurisdicción de la Corte. Ninguna disposición del Acuerdo de Ginebra permite justificar dicha actuación. Además, Venezuela es uno de los 119 Estados que no reconoce la jurisdicción obligatoria de la Corte.
  10. Llama poderosamente la atención que, desde el año 2015, Guyana, la Exxon Mobil y sus socios dan como un hecho cumplido una decisión de la Corte Internacional de Justicia a favor de su demanda unilateral
  11. Las confesiones realizadas por el Sr. Raphael G Trotman, Ministro de Gobernación y de Recursos Naturales de Guyana durante el periodo 2015-2020, en su libro titulado “Del Destino a la Prosperidad”, hacen incontrovertible el auspicio y financiamiento de la Exxon Mobil de la acción unilateral de Guyana ante la CIJ para validar el espurio laudo de 1899.
  12. También son innegables las presiones ejercidas por Guyana, con el apoyo de la diplomacia imperial de los Estados Unidos de América, sobre la Secretaría General de la ONU para que la controversia fuera remitida a la Corte Internacional de Justicia, abandonando la obligación y la práctica de más de 60 años para la consecución de una solución práctica y satisfactoria para ambas partes, que es el objeto verdadero del Acuerdo de Ginebra. Nunca estuvo pensado cuando se firmó dicho acuerdo volver a examinar el laudo fraudulento de 1899. Fue un asunto superado.
  13. Otro elemento que desacredita a esta instancia, ha sido la actuación complaciente de la Corte Internacional de Justicia frente al genocidio en marcha en Gaza, sin exigir al gobierno de Israel un cese al fuego inmediato y beneficiando a los poderes coloniales. Trágicamente, son los mismos hegemones que hoy instrumentalizan a la Corte para apropiarse de los vastos recursos energéticos de nuestro territorio y desestabilizar América Latina y el Caribe.
  14. La República Bolivariana de Venezuela presentó su sólida verdad histórica, frente a la pretensión de confiscación de los derechos que desde su nacimiento le corresponden sobre el territorio de la Guayana Esequiba, en cumplimiento del mandato muy claro del pueblo venezolano emanado del referéndum del 3 de diciembre de 2023 y los lineamientos expresos del Jefe de Estado.
  15. Venezuela jamás se dejará extorsionar por un gobierno servil a los más oscuros intereses foráneos. El único camino posible para la solución de la controversia sobre el territorio de la Guayana Esequiba es el regreso de Guyana a la mesa de negociación para hacer efectivo el arreglo práctico, aceptable y satisfactorio para ambas partes, al que se comprometieron en el Acuerdo de Ginebra, único instrumento obligante y valido entre las partes para resolver esta controversia.
  16. Guyana, bajo un falso victimismo, se hace acompañar de su jefe colonial, el Reino Unido, y la maquinaria de guerra más sangrienta que ha conocido la humanidad, los Estados Unidos de América. Hoy Guyana, el Comando Sur y la CIA, junto a sus socios del norte global, preparan una agresión contra Venezuela, constituyendo una verdadera amenaza a la paz y estabilidad de América Latina y el Caribe.
  17. La República Bolivariana de Venezuela ratifica su compromiso pleno con los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, incluyendo su absoluto e irrenunciable apego al Acuerdo de Ginebra.
  18. Venezuela toda, en unión nacional, hará valer sus derechos históricas impostergables como valientes hijos e hijas de nuestro Libertador Simón Bolívar. Es la hora de la verdad.

¡El Sol de Venezuela nace en el Esequibo!

Caracas, 8 de abril de 2024


Resolución 2728 del Consejo de Seguridad exigiendo un alto al fuego humanitario en Gaza

  NUEVA YORK (EE.UU.) | 2 DE ABRIL DE 2024

La representante permanente de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, finge ver por primera vez el texto de la resolución adoptada.

El Consejo de Seguridad,

Guiado por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas,

Recordando todas sus resoluciones pertinentes sobre la situación en Oriente Medio, incluida la cuestión palestina,

Reiterando su exigencia de que todas las partes cumplan las obligaciones que les incumben en virtud del derecho internacional, incluidos el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, y deplorando a este respecto todos los ataques contra civiles y bienes de carácter civil, así como todos los actos de violencia y las hostilidades contra civiles y todos los actos de terrorismo, y recordando que la toma de rehenes está prohibida por el derecho internacional,

Expresando profunda preocupación por la catastrófica situación humanitaria de la Franja de Gaza,

Reconociendo las gestiones diplomáticas que están realizando Egipto, Estados Unidos y Qatar con el fin de lograr un cese de las hostilidades, liberar a los rehenes y aumentar la prestación y la distribución de ayuda humanitaria,

1. Exige un alto al fuego inmediato para el mes de ramadán respetado por todas las partes que conduzca a un alto al fuego sostenible duradero, y exige también la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y que se garantice el acceso humanitario para atender sus necesidades médicas y otras necesidades humanitarias, y exige además que las partes cumplan sus obligaciones en virtud del derecho internacional en relación con todas las personas que detengan;

2. Pone de relieve la urgente necesidad de ampliar el flujo de asistencia humanitaria a los civiles de toda la Franja de Gaza y reforzar su protección, y reitera su exigencia de que se eliminen todos los obstáculos que dificultan la prestación de asistencia humanitaria a gran escala, con arreglo al derecho internacional humanitario y las resoluciones 2712 (2023) y 2720 (2023);

3. Decide seguir ocupándose activamente de la cuestión. 

miércoles, 3 de abril de 2024

POR EL RESPETO AL PUEBLO VENEZOLANO Y A SU PROCESO DEMOCRÁTICO

 PRONUNCIAMIENTO DE LA RED DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES POR EL RESPETO AL PUEBLO VENEZOLANO Y A SU PROCESO DEMOCRÁTICO


Este año habrá elecciones presidenciales en Venezuela y se han inscrito en el Consejo Nacional Electoral trece candidatos, de ellos doce provienen de diversos partidos de derecha y extrema derecha, entre ellos varios personajes emblemáticos de la oposición. Solo el candidato Nicolás Maduro, del Partido Socialista Unido de Venezuela -PSUV- y del Gran Polo Patriótico, representa a la tendencia socialista.

Para transparentar la idoneidad de esta fase electoral, la inscripción de las candidaturas fue difundida en vivo por medios nacionales e internacionales. No obstante, sin el menor recato por la injerencia en la política interna venezolana, actores políticos de terceros países hanformulado impugnaciones públicas, aduciendo la exclusión de una candidata, cuyo sector político optó por estar representado por uno de sus más reconocidos dirigentes, mientras ella está inhabilitada por corrupción.

Se evidencia igualmente en medios internacionales una virulenta campaña que busca deslegitimar esa convocatoria electoral, unas veces con lugares comunes contra el progresismo y la izquierda, otras directamente con sustentos afines a acciones antidemocráticas y de injerencia externa, que incluyen actos de sedición e incluso intentos de magnicidio, que en todas partes del mundo se conocen como atentados a la democracia.

En ese contexto, la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad expresa la más profunda solidaridad con el pueblo de Venezuela y con su proceso electoral democrático, que avanza en uno de los sistemas electorales más avanzados del mundo, reconocido así por su alto nivel de control político y tecnológico.

Hacemos un llamado a todas las fuerzas democráticas a defender los derechos políticos del pueblo venezolano y del candidato Nicolás Maduro, cuya candidatura no sólo proviene de una de las mayores fuerzas organizativas de la región latinoamericana y del Caribe, sino que fue avalada con las firmas de más de cuatro millones y medio de simpatizantes, militantes y dirigentes de base, que realizaron asambleas consecutivas en docientos sesenta y nueve mil calles, cincuenta mil comunidades y catorce mil centros electorales, en todo el territorio nacional.

Convocamos a todas las inciativas comunicacionales democráticas a transparentar la realidad de Venezuela, informando con hechos y sin sectarismos, pues la desinformación no sólo confunde a la opinión pública internacional con tergiversaciones, sino que socava el derecho humano universal al ejercicio de la libertad de pensamiento, lo que conduce al avance de riesgosas prácticas autoritarias en la región.

Llamamos al respeto hacia el pueblo venezolano y a la defensa de su proceso democrático!


Patria Grande, 3 de abril de 2024

martes, 2 de abril de 2024

LA RED DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD, CAPÍTULO VENEZUELA, SOBRE EXPRESIONES DEL PRESIDENTE DE URUGUAY

 


La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, capítulo Venezuela, señala:

-Que las declaraciones de Jefes de Estado con relación a otros países deben estar caracterizadas por la mayor sensatez, respeto  y prudencia, tanto porque por su carácter oficial podrían ser consideradas intentos de injerencia, como porque pueden ser e indefectiblemente serán utilizadas por potencias imperiales como pretexto para acciones intervencionistas de mayor envergadura contra la totalidad de la población.

-En tal sentido, las expresiones del Presidente de la República de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en el sentido de que «Rompe los ojos que en Venezuela hay una dictadura; no hay elecciones libres.  (…) El que no lo quiere decir, por algo es. Porque si ladra, tiene cuatro patas y muerde la cola…» constituyen una clara extralimitación de sus funciones, ya que no son atribuciones constitucionales del Primer Magistrado del hermano país  calificar la legitimidad de otros gobiernos,  ni la de sus sistemas electorales que, por otra parte, en el caso de Venezuela consta que en las últimas décadas ha certificado decisivos triunfos de la oposición que ninguna maquinaria sesgada hubiera reconocido.

-Por ello, la afirmación de la vicepresidenta Delcy Rodríguez de que «tiene cara de lacayo, se dobla y mueve la cola cuando sus amos del norte le dan órdenes. Que alguien me niegue que es Lacalle Pou?” no puede ser interpretada más  que como expresión de legítima defensa que devuelve exactamente con sus mismos términos la no provocada agresión  del Presidente uruguayo.

-Merecen asimismo comentarios las expresiones del ex Presidente de dicho país José Mujica en el sentido de que “Venezuela tiene un Gobierno autoritario que se pasa para el otro lado”,  de que “El de Venezuela es un Gobierno autoritario, se lo puede llamar dictador... llámenlo como quieran”, y de que  “No se puede hablar de los presidentes de América así. No se debe hablar, hasta por conveniencia y relaciones diplomáticas”. No se puede en efecto “hablar de los presidentes de América así”, cuando éstos acatan las reglas del respeto, el decoro, la buena educación  y  la legalidad e igualdad entre naciones. Cuando no lo hacen, se rebajan a sí mismos a ser interpelados en los mismos términos que utilizan.

-José Mujica ha experimentado en carne propia lo que es un gobierno autoritario, y en el fondo de su conciencia  sabe que tales gobiernos, a diferencia del venezolano,  ni surgen de la voluntaria adhesión de las mayorías, ni garantizan el funcionamiento de la oposición democrática, ni permiten la libertad de expresión, ni aceptan los resultados electorales adversos, como sí lo hace el  venezolano a pesar de sufrir desde hace más de dos décadas la brutal, inhumana, ininterrumpida, multiforme  e ilegítima agresión comunicacional, diplomática, económica y armada de la mayor potencia imperialista del planeta.

-No nos imaginamos a José Mujica alineado con tal agresor, pero si así fuere, lo lamentaríamos profundamente más por él que por nosotros

Martes, 2 de abril de 2024.


viernes, 22 de marzo de 2024

CIADI: A PROPÓSITO DE LA RECIENTE DENUNCIA POR PARTE DE HONDURAS DE LA CONVENCIÓN DE WASHINGTON DE 1965

 viernes, 22 de marzo de 2024

por Nicolas Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho,Universidad de Costa Rica (UCR). Contacto : nboeglin@gmail.com.

En días recientes, el Centro Internacional de Arreglo de Disputas entre Estado e Inversionista Extranjero (CIADI, también conocido por sus siglas en inglés de ICSID o CIRDI en francés), informó que desde el 24 de febrero, Honduras ha procedido a notificar su intención de retirarse de la Convención de Washington que creó el CIADI de 1965: véase al respecto el comunicado oficial del CIADI. Esta denuncia surtirá efectos plenos jurídicos 6 meses después de notificada, a  partir del 25 de agosto del 2024. 

Cabe recordar que Honduras había ratificado dicha convención en 1989, precedida por El Salvador (1984) en Centroamérica. Una ratificación que fue seguida por la de Costa Rica (1993), Nicaragua (1995), Panamá (1996) y Guatemala (2003): para una convención adoptada en 1965 bajo los auspicios del Banco Mundial, el extremadamente lento proceso de ratificación observado en América Latina evidencia los temores fundados de muchos decisores políticos.

La experiencia de otros Estados que han denunciado la Convención de 1965 indica que es menester también proceder a la terminación o renegociación de claúsulas insertadas en otros instrumentos a los que Honduras es parte: ello con la finalidad de poder librarse en el fuuro de demandas de inversionistas extranjeros. Se trata de una tarea que probablmente ya esté planeando las autoridades hondureñas.

La denuncia de un tratado en breve

Como bien se sabe, la denuncia de un tratado es la figura jurídica, consagrada en la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969 (véase texto), mediante la cual un Estado puede liberarse de obligaciones internacionales contenidas en un tratado internacional cuando considera que ya no resulta beneficioso seguir sometido al régimen que le impone (véase el Artículo 56 de la Convención de 1969). El Artículo 56 no exige al Estado fundamentar las razones de su denuncia, tratándose de una decisión soberana que cada Estado puede tomar.

Habíamos tenido la oportunidad de analizar en su momento la denuncia de esta misma convención por parte de Venezuela en el 2012, antecedida por Ecuador (julio del 2009) y Bolivia (mayo del 2007): véase nuestra nota publicada en Bretton Woods Project titulada "ICSID and Latin America: Criticism, withdrawal and the search for alternatives". 

La desconfianza que genera el CIADI in crescendo

El CIADI ha despertado muchas reservas en diversos círculos en América Latina pero también en otras latitudes, ante la falta de transparencia en sus procedimientos, el perfil de sus árbitros (muchas veces poco familiarizados con álgidos temas legales como la protección del ambiente, el derecho al agua y los derechos de las poblaciones indígenas, el derecho administrativo y constitucional), así como los montos millonarios desproporcionales a los que se ha condenado a Estados en algunos casos, por demandas claramente abusivas de un inversionista extranjero. 

A la Convención del CIADI como tal hay que añadir los más de 3000 TBIs (tratados bilaterales de protección y promoción de inversiones) adoptados de manera entusiasta en los años 1990-2000, y que permiten a un inversionista extranjero contar con una base legal para demandar a un Estado ante el CIADI o ante otra instancia; así como la gran cantidad de TLCs (tratados de libre comercio) con cláusulas muy similares muy favorables a un inversionsita extranjero.  

A modo de ejemplo, entre muchos, en esta nota del 2013 se informa de la terminación por parte de Sudáfrica de su TBI con España (véase nota) y en esta otra nota del 2014, la terminación de varios TBI por parte de Indonesia. En el 2023, fue Albania la que amenazó con retirarse del CIADI a raiz de una decisión desfavorable (véase nota de prensa).

En un reciente comunicado de prensa desde la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas del mes de cotubre del 2023 (véase texto), se leyó que:

"Foreign investors use the dispute settlement process to seek exorbitant compensation from States that strengthen environmental protection, with the fossil fuel and mining industries already winning over $100 billion in awards,” the expert said. “Such cases create regulatory chill.

Al tratarse de un comunicado de prensa difundido desde la sede en Europa de Naciones Unidas que fue muy pocamente referenciado en medios de prensa internacionales, nos permitimos reproducir otra cita, no sin recomendar su lectura completa:

"As ISDS arbitration tribunals routinely prioritise foreign investment and corporate interests above environmental and human rights considerations, ISDS claims have devastating consequences for a wide range of human rights, exacerbating the disproportionate harms suffered by vulnerable and marginalised populations,” the expert said".

El informe integral del Relator de Naciones Unidas sobre la cuestión de las obligaciones de derechos humanos relacionadas con el disfrute de un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible está disponible en este enlace. En idioma español, su informe A/78/168 del 13 de julio del 2023 titulado "Pagar a los contaminadores: las catastróficas consecuencias de la solución de controversias entre inversionistas y Estados para la acción climática y ambiental y los derechos humanos" se puede consultar en este enlace.

El regreso intempestivo de Ecuador al CIADI en el 2021

Con relación a Ecuador, como indicado anteriormente, denunció la Convención de Washington en julio del 2009 después de Bolivia (mayo del 2007). No obstante, las actuales autoridades ecuatorianas, electas en febrero del 2021, decidieron volver precipitadamente a firmar y a depositar el instrumento de ratificación de la Convención de 1965. 

La precipitación es notoria: la toma de posesión de las nuevas autoridades se efectuó el 26 de mayo del 2021 y fue seguida de la firma de la Convención de 1965, el 21 de junio, y el depósito del instrumento de ratificación fue realizado el 4 de agosto del 2021 (véase estado oficial de la firma y ratificación). Nótese que la Corte Constitucional decidió, en un dictamen del 30 de junio del 2021 (véase texto), que la aprobación legislativa no era necesaria en el caso de este convenio. 

Se trata de la ratificación más expedita de esta Convención por parte de nuevas autoridades electas de un Estado jamás registrada en la historia del CIADI. Como es previsible, a finales de diciembre del 2021, se leyó en Chile que una corporación minera chilena inició los trámites ante el CIADI para demandar a Ecuador, utilizando para ello como base de competencia el tratado bilateral de inversiones (TBI) vigente entre Chile y Ecuador (véase nota de prensa de La Tercera del 24/12/2021). Esta demanda se registró oficialmente en el CIADI el 26 de enero del 2022 (véase enlace oficial del CIADI). Se trata posiblemente de la demanda más inmediata después de la ratificación por parte de un Estado de la Convención de 1965 jamás registrada y que explica, en gran parte, la extraña premura antes señalada de las actuales autoridades de Ecuador.

Encontramos una interesante referencia a la decisión de Honduras y al referendum previsto este próximo 21 de abril en Ecuador en este reciente artículo publicado en La Jornada (México) por parte de un especialista en la materia y titulado "México: ¿seguir a Honduras o a Ecuador?": se trata de una interrogante que se puede plantear en otras latitudes del continente americano.

Costa Rica y el CIADI

En el caso de Costa Rica, luego de haber sido objeto del primer laudo arbitral contra un Estado de América Latina (véase laudo del CIADI en el caso de la Hacienda Santa Elena de febrero del 2000, condenando a Costa Rica  a pagar una indemnización de 16 millones de US$ a dos norteamerincos propietarios de un terreno obtenido en los años 70 por la módica suma de 395.000 dólares), persiste una gran incertidumbre: se trata de la solicitud de anulación parcial del laudo arbitral del CIADI del 4 de junio del 2021- véase texto en español y en inglés - presentada por la empresa minera canadiense Infinito Gold contra Costa Rica. Para conocer mayores detalles de esta larga batalla legal llevada a cabo con éxito por un pequeño grupo de valientes abogados y ecologistas costarricenses en el 2011 contra su propio Estado, el cual fue demandado luego ante el CIADI por la empresa minera, remitimos a nuestros estimables lectores a nuestra nota al respecto de enero del 2022, también publicada en el portal de la Universidad de Costa Rica (UCR). 

Como bien se sabe - pero se difunde muy poco en Costa Rica-, las autoridades de Costa Rica firmaron la Convención de Washington de 1965 , el instrumento que crea el CIADI  tan solo en 1981. Firmada en 1981, Costa Rica optó por ratificar esta convención 12 años después, en 1993, a raíz de fuertes presiones norteamericanas para que así lo hiciera. En una tesis presentada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR) en el año 2014 (véase textocompleto) se puede leer al respecto que: 

"Dicha ratificación tardía coincidió con parte de la presión económica ejercida por el Banco Mundial, influenciado por los Estados Unidos sobre el país. En 1990, se solicitó el retiro de todas las preferencias comerciales que significaban un perjuicio económico al país a gran escala, y de igual manera se realizaron intentos por privar un potencial financiamiento de alrededor de 175 millones de dólares, debido a la invocación de una disposición norteamericana denominada “Helms Ammendment” que establece que no podrá otorgarse ayuda financiera a través de instituciones norteamericanas, o instituciones internacionales que requieran de la aprobación de dicho país para otorgar préstamos a aquellos países que perjudiquen los intereses de una persona física o jurídica norteamericana, de manera que se le haya expropiado propiedad /.../ Las formas de presión antes citadas coinciden con el largo tiempo que transcurrió antes de que Costa Rica accediera a firmar el convenio de arras, sometiendo su primer caso Santa Elena en la sede del CIADI tal y como se verá en el próximo apartado." (pp. 100-101). 

América Latina ante el CIADI en números

Al momento de redactar estas líneas (22 de marzo del 2024), en América Latina se registran con mayor cantidad de demandas pendientes de resolver ante el CIADI, México (22 demandas pendientes de resolver), Perú (21 casos pendientes), Venezuela (17), Colombia (14 casos pendientes), siguen luego Honduras (10), Argentina y Panamá (7), Costa Rica (3) y Chile y República Dominicana (2), al tiempo que Ecuador, El Salvador y Nicaragua solamente registran una demanda y Bolivia, Paraguay y Uruguay ninguna.

Al nunca haber ratificado la Convención de Washington de 1965, ninguna acción se registra ante el CIADI con relación a dos Estados de América Latina que reciben flujos de inversión extranjera: Brasil y Cuba. Cabe también señalar que México, que había mantenido una distancia prudente con el CIADI, tan solo ratificó este instrumento international en julio del 2018 (véase comunicado oficial del CIADI), al tiempo que Canadá lo hizo tan solo en diciembre del 2006 (véase comunicado).

https://derechointernacionalcr.blogspot.com/2024/03/ciadi-honduras-denuncia-la-convencion.html

martes, 6 de febrero de 2024

BOLETÍN NO. 5 DE LA INTERNACIONAL PROGRESISTA: GENOCIDIO DE LOS HERMANOS PALESTINOS.


DECIR EN VOZ ALTA LO QUE SE DEBE CALLAR


Lxs palestinxs saben desde hace casi un siglo lo que el Estado israelí quiere hacer con ellxs: negarles sus derechos, expulsarles de sus tierras y tratarles como un problema de seguridad, no como un pueblo. El Estado israelí ha contado con el pleno respaldo de las élites occidentales, que ayudaron a construir dos mitos: que la resistencia palestina es "terrorismo" y que la ocupación israelí es "democracia".



Lxs líderes y lideresas israelíes ayudaron a sus patrocinadores occidentales envolviendo sus crímenes en un lenguaje formal que evitaba decir en voz alta lo que se debe callar. Si se observaba lo que Israel estaba haciendo, se podía ver que la anexión era el objetivo y el apartheid y la limpieza étnica el método. Pero prevalecieron las negaciones retóricas. Israel insistía en que no estaba haciendo lo que a todas luces estaba haciendo. Y en Occidente, los susurros del colonizador suenan más fuerte que los gritos angustiados de lxs colonizadxs.



La actual campaña genocida contra lxs palestinxs de Gaza ha despojado a las élites occidentales de la excusa de que Israel no dice en voz alta lo que se debe callar. Lxs más altxs funcionarixs de Israel —el Presidente, el Primer Ministro, el Ministro de Defensa, el Ministro de Finanzas, el Ministro de Seguridad Nacional, etc.— han estado hablando con una intención genocida clara, abierta y desvergonzada. Los susurros del colonizador se han convertido en gritos.



El viernes pasado, la jueza Joan Donoghue, al leer el fallo provisional de la Corte Internacional de Justicia en su calidad de presidenta de la Corte, citó algunas de estas palabras genocidas. Seguramente su voz, procedente de la boca de una antigua funcionaria del Departamento de Estado de los Estados Unidos, sería escuchada tanto por el puñado de Estados occidentales que respaldan a Israel como por el propio Israel. ¿Seguramente alterarían sus acciones para enmascarar su culpabilidad y complicidad?



Pero no. Más bien, todo lo contrario.


El domingo, sólo dos días después de la sentencia de la CIJ, 12 ministrxs del gobierno israelí participaron en una conferencia para el asentamiento de Gaza. O, en otras palabras, una conferencia explícitamente dirigida a la limpieza étnica de lxs palestinxs de Gaza. Lxs delegadxs debatieron la posibilidad de obligar a lxs palestinxs a abandonar permanentemente la franja y sustituirlos por colonxs israelíes. Lxs ministros del gobierno pronunciaron discursos y bailaron con sus compañerxs fascistas asistentes. Lo que deben callar, lo dicen en voz alta.



Un día antes, justo un día después del fallo de la CIJ, en el que el mundo se enteró del terrible desastre humanitario de Gaza, con prácticamente toda la población desplazada y dependiente de la ayuda para evitar el hambre y la muerte, los Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido retiraron la financiación a la UNRWA, la agencia de la ONU que proporciona esa ayuda a lxs palestinxs.



Israel y los Estados Unidos aplicaron una estrategia de comunicación clásica —y eficaz— consistente en cambiar de tema cuando las noticias de actualidad son malas para uno. El más alto tribunal del mundo afirmando la condición de pueblo palestino y la plausibilidad de que Israel cometiera un genocidio contra él no era el ciclo de noticias en el que los Estados Unidos e Israel querían verse atrapados.



Y así, los Estados Unidos hicieron suya la vieja patraña de Israel contra la UNRWA, expresada por su embajador ante la ONU durante este conflicto, de que la agencia de la ONU es en realidad una fachada de Hamás. Esta absurda posición es la línea que Israel mantiene desde hace tiempo: todo lo que no le gusta y todo lo que bombardea es "Khamas".



Pero los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y otros países que han participado en la estrategia de atacar la UNRWA para "hacer avanzar la historia", no se limitan a apoyar a Israel. Están participando activamente en el castigo colectivo de la población de Gaza. Los Estados Unidos y el Reino Unido han pasado de la complicidad con la campaña genocida de Israel a la culpabilidad absoluta.



Puede que la CIJ haya hablado en nombre del mundo cuando afirmó la verosimilitud del genocidio de Israel contra los palestinos. Pero enfrentarse al poder por sí solo no puede desmantelar la maquinaria de guerra israelí ni la política imperial de los Estados Unidos en Asia Occidental. No hay atajos para la descolonización.



Incluso, el hecho de que la audiencia de la CIJ siquiera tuviera lugar es una prueba de que el equilibrio material de fuerzas está cambiando. Están surgiendo nuevas vías para que lxs oprimidxs se enfrenten a sus opresores e inviertan las narrativas del "terrorismo" y la "democracia": Al intentar afirmar su igualdad sustantiva frente a quienes pretenden borrarles, la resistencia persigue un ideal claramente democrático frente al terror implacable del colonizador.



Por eso millones de personas de todo el mundo trabajan en solidaridad activa con el pueblo palestino: para enfrentarse al poder con el poder. Juntxs, estamos entorpeciendo la máquina de guerra genocida de Israel, bloqueando los bancos que financian el genocidio, organizándonos contra las empresas tecnológicas que facilitan el genocidio, interrumpiendo las rutas comerciales que alimentan el genocidio, marchando por millones contra el genocidio y uniendo a la gran mayoría de las naciones de la tierra para afirmar su oposición al genocidio y al imperialismo.


Adelante, adelante hasta la victoria.


En solidaridad,


El Secretariado de la Internacional Progresista


jueves, 1 de febrero de 2024

ECUADOR: EL IMPERIO CONTRAATACA EN LA MITAD DEL MUNDO

 

¿Plan Cóndor del siglo XXI en marcha?


                             foto: luis britto

 

Alberto Acosta [1]

 

“El Ecuador es un territorio de paz.

No se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras

ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares.

Se prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras”.

 

Artículo 5, Constitución de la República del Ecuador, 2008

          

Daniel Noboa, presidente de Ecuador, abrió la puerta a “la guerra”. El volcán del crimen organizado, que tiene muchas aristas, terminó por estallar a inicios del presente año en este país de la mitad del mundo. De un enfrentamiento conocido como de “mano dura”, ahora se propone uno de “súper mano dura”. En concreto se decretó un “conflicto interno armado” y se estableció una serie de “objetivos militares” a neutralizar. En este empeño, la militarización de la sociedad asoma como el eje rector, aplaudido por amplios grupos de una sociedad desesperada y atemorizada. Y así, las Fuerzas Armadas asumen un papel dominante, subordinando a la Policía Nacional.

Esta primera aproximación al tema despierta, con razón, preocupación. Como certeramente anota el jurista y docente universitario Luis Córdova Alarcón, “el régimen democrático puede ser asfixiado por una tenaza, conformada por el crimen organizado, por un lado, y por los militares por otro, que podrían ir desplazando a las instituciones civiles”. Más militarización de la sociedad, conducirá a menos democracia.

El asunto es aún más complejo en la medida que se cristaliza la pretensión de diversos sectores dentro del país, que, desde hace varios años, vienen clamando por el retorno de miembros de la fuerza armada norteamericana. No se conformaron nunca con el cierre de la Base de Manta, en el año 2009. Es más, no han dudado en sostener permanentemente una campaña de acusaciones en contra de esta decisión, con la que, sin escatimar mentiras, pretenden convencer a la sociedad que allí estaría el origen del auge del narcotráfico. 

Una compleja y poco conocida historia de pretensiones imperiales 

Recordemos que, a fines del siglo pasado, el Ecuador, durante el gobierno del democristiano Jamil Mahuad, vivía una de sus mayores crisis sociales, económicas y políticas. En ese complejo entorno, de forma reservada, se permitió la instalación en territorio ecuatoriano de lo que se conoce como Base de Manta, cuyo nombre oficial era de Puesto de Operaciones de Avanzada (FOL, Forward Operating Location).

Así se posibilitaba, una vez más, la instalación de tropas de los EEUU en territorio ecuatoriano. ¿Cómo que una vez más? Si, en diciembre de 1941, sin que el gobierno ecuatoriano hubiera aún concedido la autorización para ocupar espacios del territorio nacional, contingentes de la marina y del ejército norteamericano desembarcaron en posiciones estratégicas en Salinas, en la costa ecuatoriana, y en Baltra, en las Islas Galápagos. En esos días, el Ecuador vivía una gravísima crisis política: su provincia de El Oro estaba invadida por tropas peruanas con las que Lima trataba de im­po­ner un arreglo limítrofe.

Esa agresión no preocupaba mayormente o casi nada en la región. Los países americanos estaban conmocionados por el ataque japonés a Pearl Harbor el día 7 del mismo mes de diciembre. La solidaridad panamericana estaba en su apogeo. La defensa colectiva del continente, inspirada en los convenios multilaterales de Lima y la Habana, se complementaba con varios convenios bilaterales.

El presidente Carlos Alberto Arroyo del Rio, del gobierno liberal-conservador, incapaz de dar una respuesta a la doble invasión, se sumó a esa solidaridad internacional, reclamando, un par de años más tarde, “el procerato de la lealtad”… a Washington. En la práctica toleró la ocupación del territorio nacional por las tropas yanquis y aceptó las imposiciones peruanas. Recién el 24 de enero de 1942 se firmó el convenio para normalizar la presencia de tropas de los EEUU en Salinas y el 2 de febrero en Baltra. Entre estas dos fechas, con la presencia de las fuerzas armadas peruanas en territorio ecuatoriano y con una enorme presión panamericana, el 29 de enero de 1942, se firmó el Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Rio de Janeiro, con el que el Perú intentó dilucidar la larga disputa de límites con su vecino.

Cuando se avizoraba el fin de la segunda guerra mundial, los EEUU trataron de prolongar la ocupación de esas dos bases por 99 años, con un pago de 20 millones de dólares. Esas negociaciones con el gobierno liberal-conservador de Quito se frustraron por la revuelta popular del 28 de mayo de 1944, conocida como “La Gloriosa”. Durante el nuevo régimen se mantuvieron las pretensiones de la gran potencia del norte. Empero, en la Asamblea Constituyente de 1944 se exigió buscar una salida que evite al país “la más humillante ofensa a la dignidad soberana”. Las presiones y negociaciones continuaron. Inclusive fueron parte de la agenda en los debates de otra Asamblea Constituyente, la de 1946. Sería en ese año, el 1º de julio cuando se retiraron las tropas de Washington. Al salir sus soldados dejaron desmantelados los equipos y en escombros las construcciones.

No se trata de hechos y pretensiones aisladas. Las apetencias imperiales, contando con la complicidad de varias personas relevantes en Ecuador, han estado desde hace mucho tiempo presentes. Su mayor atención se ha fijado en las Islas Galápagos. Una y otra vez, desde el siglo XIX, este territorio formó parte de negociaciones para tratar de resolver los acuciantes problemas de la “deuda eterna”. Antes de la instalación de la base de Baltra, ya en el año 1935, el presidente Franklin D. Roosevelt, preocupado por razones de geoestrategia y ante la no aceptación de Ecuador para vender las islas, buscaba mecanismos para que sea su país el que proteja la biodiversidad allí existente. Incluso se sugería la sesión de soberanía para que sea la Unión Panamericana la responsable del patrullaje de las islas y la encargada de financiar el proyecto.

Lo cierto es que Washington, insistentemente, ha desplegados esas intenciones. Los EEUU inclusive asoman prestos para “ayudar” cuando este pequeño país ecuatorial sufre alguna grave calamidad. En esta historia, larga y triste, bastaría traer a colación la llegada de tropas norteamericanas luego del terremoto de 1987, que golpeó duramente al nororiente del país y que destruyó el oleoducto transecuatoriano, ahondando la crisis económica desatada poco antes por el insostenible peso de la deuda externa. Llegaron reservistas norteamericanos para ayudar en la construcción de una vía que uniría San Pablo-Río Hollín-Huaticocha. Lo que buscaban esas tropas era aprender a construir carreteras en territorios selváticos, por eso su aporte real fue prácticamente nulo. Y aún cuando el Congreso Nacional dispuso su salida, el gobierno del socialcristiano León Febres Cordero permitió que continúen en territorio ecuatoriano para cumplir con el plazo de seis meses acordado con los EEUU.

Para cerrar este breve repaso se podría mencionar también como el gobierno de Guillermo Lasso negoció la protección del archipiélago cediendo parte de la soberanía nacional a través de una confusa negociación financiera. 

La cruda realidad de la Base de Manta 

A contrapelo de quienes sostienen lo contrario, vale conocer que la base norteamericana en Manta no contribuyó a resolver el flagelo del narcotráfico. Durante su existencia la tasa de criminalidad se disparó, los envíos de droga se triplicaron y decenas de personas, particularmente pescadores, denunciaron abusos de parte de soldados yanquis e inclusive se registraron varias violaciones a los Derechos Humanos, como denunció un informe del INREDH, en el año 2016. Es más, como se demostró posteriormente, las acciones de los aviones norteamericanos no se ciñeron a los términos del convenio pactado, pues en muchos casos estaban orientadas a la lucha contra la insurgencia en Colombia y la interdicción de emigrantes.

Muy lejos quedó el sueño de transformar a Manta en una suerte de Miami en el Pacífico. Los bares, discotecas y cabarets crecieron y los empleos que se crearon tuvieron la duración de la remodelación de las instalaciones del aeropuerto, o sea ocho meses, y luego los trabajos ofrecidos fueron en labores de limpieza y transporte de carga, con sueldos muy inferiores a los de los norteamericanos.  El crecimiento del turismo y el comercio que se esperaba llegó para pocos. Las tropas allí instaladas consumían escasos productos locales.

También cabría traer a colación que luego del desmantelamiento de la base de Manta, los norteamericanos establecieron dos bases más en Colombia, en donde en la actualidad ya existen 7 bases de los EEUU, sin que se haya logrado parar hasta ahora el narcotráfico; es más, la producción de cocaína sigue en alza en el territorio colombiano y también en el peruano, en donde funcionan 5 bases militares norteamericanas. 

Otra oportunidad propicia para Washington 

Ahora, en medio de otra crisis de enormes proporciones, que ha desembocado en un enfrentamiento armado contra el narcotráfico y afines, aparecen nuevamente las condiciones para otro desembarco de tropas norteamericanas. La declaración del “conflicto interno armado” empata con las pretensiones de Washington, siempre presto a profundizar los lazos de sumisión de su patio trasero, sobre todo en la actualidad cuando las grandes potencias mundiales están empeñadas en consolidar sus espacios de influencia y de ser posible ampliarlos.

Los EEUU, lo sabemos muy bien, están metidos hasta el cuello en una larga y casi inútil guerra contra el narcotráfico; bastaría con recordar su aparatosa derrota en lo que se conoce como “la guerra del opio” en Afganistán, el año 2021. La guerra contra el narcotráfico, sin embargo, es parte de su geo-estrategia, sobre todo en nuestra región.

Como ya lo señalamos, desde la salida de la base militar estadounidense de Manta se ha mantenido una campaña de diversas fuerzas políticas para que se autorice su retorno. En todo este tiempo, representantes del Comando Sur han ofrecido de forma reiterada la “colaboración” militar. Hubo varios acercamientos cobijados con lo que significa la coordinación en la lucha contra el narcotráfico; no faltaron los aplausos desde el Norte a las acciones del gobierno de Rafael Correa, en cuyo primer período se produjo la salida de la Base de Manta por una disposición constitucional a la que se llegó luego de un largo proceso de resistencia en el país, desplegado desde el año 1999, con el liderazgo de la Coalición No Bases – Ecuador.

Las acciones para conseguir una mayor coordinación entre los militares de los dos países avanzaron aceleradamente en el gobierno de Guillermo Lasso, justo cuando desde la Embajada norteamericana en Quito se denunciaba el accionar de narco-generales en la fuerza pública. En ese contexto, mientras se profundizaba / toleraba la infiltración de los narcos en la institucionalidad estatal y entraban a raudales los narcodólares en toda la economía, se redobló el paso para la preparación de un “Plan Ecuador”, emulando el “Plan Colombia”, que no solo que no resolvió la cuestión del narcotráfico en ese país, sino que de diversas maneras es también uno de los causantes de la creciente presencia de las bandas delictivas transnacionales en Ecuador.

En junio de 2022 se concretó un primer acuerdo entre los dos países. En diciembre del mismo año, el Congreso de Estados Unidos aprobó la “Ley de Asociación Ecuador-Estados Unidos”, estableciendo un plazo de medio año para que el Departamento de Estado propusiera un plan de acción concreto. Posteriormente, el Grupo de Trabajo Bilateral de Defensa entre ambos países, a mediados del 2023, propuso invertir más de 3.100 millones de dólares en el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, con un plazo de 7 años de duración.

En mayo del mismo año, en el régimen de Lasso se firmó un acuerdo para la interceptación aérea. En setiembre se alcanzó otro acuerdo para prevenir, identificar, combatir, impedir e interceptar las actividades marítimas transnacionales ilícitas. Ambos tratados, por dictamen de la Corte Constitucional, no fueron conocidos, ni aprobados por la Asamblea Nacional. Y en ese mismo 2023, en octubre, a espaldas de la sociedad, como sucedió con la Base de Manta, el canciller ecuatoriano y el embajador de Estados Unidos suscribieron el “Acuerdo relativo al Estatuto de las Fuerzas”, que ha también recibido luz verde por parte de la Corte Constitucional.

Estas decisiones del órgano encargado de velar por la vigencia plena de la Constitución, sorprenden, por decir lo menos. Por mandato constitucional están prohibidas bases o instalaciones extranjeras con fines militares en el territorio nacional; en realidad no se trata de una prohibición para tener tropas extranjeras en un espacio físico reducido, sino de una clara prohibición de tropas foráneas en el Ecuador. Nuestro país fue declarado por la Constitución del 2008 -aprobada mayoritariamente por el pueblo ecuatoriano en las urnas- como un territorio de paz. Lo grave es que la Corte determinó que este acuerdo no constituye un acuerdo militar, sino más bien es solo un “compromiso de asistencia” en el marco del enfrentamiento al crimen organizado. Por lo tanto, no ameritaría debate alguno en la Asamblea Nacional, tal como sucedió con la Base de Manta en el año 1999. Es decir, este acuerdo puede ser ratificado directamente por el presidente Noboa.

Quizás, como una anotación para la historia queda el voto salvado de tres magistrados de la Corte, que resaltaron la magnitud y la trascendencia de los compromisos acordados y los privilegios concedidos a una fuerza militar extranjera, que comprometen la soberanía nacional y que al menos debió ser tratado por la Asamblea Nacional. Intentar confundir el aporte militar de los EEUU como un simple apoyo policial es una conclusión realmente audaz; ese subterfugio legal sirve para no cumplir con el claro mandato constitucional: artículo 419, que establece que para suscribir tratados internacionales políticos o militares, se requiere la aprobación de la Asamblea Nacional.

Los propósitos militares del acuerdo relacionado al estatuto de las fuerzas son evidentes. Basta revisar sus términos. El acuerdo se aplica a personal militar, tanto como al personal civil y contratistas estadounidenses que intervengan en diversas actividades, incluyendo entrenamiento y ayuda humanitaria, con una serie de privilegios e inmunidades. Se establecen exenciones tributarias para las tropas norteamericanas. También se entrega el uso gratuito del espectro radioeléctrico. Se obvia la jurisdicción penal sobre ese personal; no solo es, inclusive se acepta la resolución de conflictos de acuerdo a las leyes estadounidenses y no a las ecuatorianas. Y, por cierto, esto es clave, se asegura el libre movimiento de vehículos y buques; en otras palabras, las tropas norteamericanas no necesitarán una base específica, pues podrán recorrer libremente todo el territorio nacional y acceder en la práctica a todas las instalaciones, bases y cuarteles de las fuerzas armadas ecuatorianas.

El tan mencionado Plan Fénix para enfrentar el crimen organizado, al que se ha referido con frecuencia el mandatario ecuatoriano, a la postre parece ser un plan elaborado so por el Pentágono. En palabras de la jefa del Comando Sur: “EEUU tiene un plan de seguridad de cinco años para Ecuador”. Un plan bautizado como la Hoja de Ruta de Asistencia de Seguridad. Ella, adicionalmente, al celebrar la aceptación de este acuerdo y al tiempo de participar en la ceremonia de entrega de una nueva donación de equipos militares de los EEUU, declaró que “estoy orgullosa de servir con ustedes en el equipo democracia”, refiriéndose a los militares ecuatorianos presentes. Democracia, seguridad, desarrollo… todos conceptos con los que con frecuencia se disfrazan las apetencias imperiales. 

Ecuador territorio en disputa de intereses geoestratégicos 

Aceptemos que, si los capitales del crimen organizado han transformado al Ecuador en una plataforma de sus transnacionales negocios, los EEUU responden con su lógica geoestratégica. Desean una vez más poner en marcha lo que podría ser visto como una suerte de Plan Cóndor del Siglo XXI. De esta manera las fuerzas armadas del Ecuador -así como de otros países de la región- asumen cada vez más papeles policiales para combatir al narcotráfico, al terrorismo e inclusive la insurgencia popular. Una realidad que se constata en muchas partes de Nuestra América – cada vez más influenciada por el bukelismo-, incluso en países con gobiernos progresistas, como México.

Este devenir nos recuerda aquellos viejos principios de la Seguridad Nacional, orientados a fortalecer esquemas de contrainsurgencia -quien sabe si también apuntalados con agrupaciones paramilitares-, que se los puede maquilar como de lucha contra el crimen organizado.

Como para redondear este breve análisis cabría anotar el posicionamiento del gobierno de Daniel Noboa a favor de objetivos e intereses norteamericanos. Mientras cada vez más gobiernos levantan al menos su voz de preocupación e incluso de rechazo por las brutales violaciones de derechos desatadas por el sionismo en contra del pueblo palestino, el gobierno de Noboa apoya la posición del gobierno de Netanyahu y profundiza la cooperación en el ámbito de la represión que recibe Ecuador de Israel. Igualmente, el hecho de que Ecuador haya resuelto entregar arnas de origen ruso y ucraniano a los EEUU a cambio de nuevo armamento norteamericano, implica asumir una posición en ese conflicto europeo, que tiene, sin lugar a dudas, series repercusiones en la geopolítica mundial. No falta, por cierto, la renovada declaración oficial de desconocer al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

Finalmente, si nos atenemos a las experiencias en México y Colombia, con sus fracasadas guerras en contra del narcotráfico, bien podemos anticipar el desastre de la estrategia belicista asumida por el gobierno de Noboa. Sin embargo, el “conflicto interno armado” parece tener otros objetivos colaterales, como sería profundizar aún mas las estructuras autoritarias en el país vía militarización de la sociedad –reforzada con la presencia de tropas norteamericanas-, al tiempo que en paralelo a la acción bélica se camina hacia una creciente neoliberalización de la economía. Así, la próxima estación, en una economía dolarizada, sostenida en gran medida por los narcodólares, sería un nuevo acuerdo con el FMI…

***** 

Sin minimizar la necesidad de enfrentar al crimen organizado y al narcotráfico, la salida de esta compleja encrucijada no pasa por la represión militar y el populismo penal, que terminan por crear las condiciones para seguir criminalizando a grupos empobrecidos y racializados, lo que podría transformar esa acción represiva en una estrategia para frenar las protestas populares y las resistencias territoriales en contra de los extractivismos. En definitiva, no es tolerable la transformación del Ecuador en una suerte de protectorado de Washington.

Algo tenemos que hacer frente al narcotráfico, nadie lo duda. El enfrentamiento a las bandas y carteles no puede obviar el desmantelamiento de todas aquellas estructuras delictivas infiltradas en el Estado y en toda la economía. Tratándose de organizaciones criminales transnacionales se requieren respuestas de genuina cooperación policial y judicial internacional, sobre todo sur-sur, que en ningún caso menoscaben la soberanía de los países, y que propugnen simultáneamente respuestas orientadas a la despenalización de la droga y al tratamiento del consumo como una cuestión de salud pública. Además, es indispensable mejorar sustantivamente las condiciones de vida de la población tradicionalmente marginada y explotada, reduciendo los insultantes niveles de concentración de la riqueza. Por igual, se deben respetar las diferentes preferencias culturales. Y en todo momento se tienen que garantizar los equilibrios ecológicos.

Estos son apenas algunos pocos elementos para construir una estrategia que asegure la seguridad al pueblo ecuatoriano, que no se alcanzara sacrificando derechos y libertades. En definitiva, con estos elementos se define el principal campo estratégico de acción, que demanda siempre más democracia nunca menos. 

Quito, 29 de enero del 2024

[1] Economista ecuatoriano. Compañero de lucha de los movimientos sociales.  Profesor universitario. Ministro de Energía y Minas (2007). Presidente de la Asamblea Constituyente (2007-2008). Candidato a la Presidencia de la República del Ecuador por la Unidad Plurinacional de las Izquierdas (2012-2013). Autor de varios libros y artículos.

Nota: Una versión más corta publicó en el Observatorio Económico de Latinoamérica- OBELA.