DECLARACIÓN DE LA RED DE
INTELECTUALES, ARTISTAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD,
CAPÍTULO VENEZUELA, SOBRE LAS RECIENTES ELECCIONES PARLAMENTARIAS
La Red
de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad,
Capítulo Venezuela, ante las elecciones
para diputados a la Asamblea Nacional Legislativa efectuadas el 6 de diciembre
de 2020:
-CELEBRA
la conducta del pueblo venezolano, que acudió masiva y pacíficamente a los
centros electorales para depositar su voto en elecciones a las cuales
concurrieron libremente tanto partidos de gobierno y sus aliados, como
opositores, para elegir sus legisladores.
-FELICITA
al Consejo Nacional Electoral por su desempeño en registrar de manera pronta, eficaz y directa la voluntad popular mediante inobjetables
sistemas automatizados, sometidos a constante auditoría, en presencia de más de
un millar y medio de acompañantes tanto nacionales como extranjeros, y por
haber informado de los resultados con tendencia irreversible en las primeras
horas del día siguiente a la votación.
-RECHAZA el comunicado injerencista de la Dirección Permanente de la Organización
de Estados Americanos, que desde Washington desconoce la soberana manifestación
de voluntad del pueblo venezolano sin aportar ninguna prueba ni argumento
válido sobre el particular, y en abierta violación del artículo 1 de la Carta
de dicha Organización, cuyo parágrafo segundo pauta que “La Organización de
los Estados Americanos no tiene más facultades que aquellas que expresamente le
confiere la presente Carta, ninguna de cuyas disposiciones la autoriza a
intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros”.
-RECUERDA
que una anterior declaración infundada e injerencista de la OEA sirvió de pretexto
para un sanguinario Golpe de Estado en Bolivia, que desconoció las elecciones
presidenciales de 2019, rompió el hilo constitucional, instauró la dictadura de
la autoproclamada Jeannine Añez, desató una atroz represión contra el pueblo
boliviano con pérdida de vidas y de bienes, y finalmente fue refutada por las
nuevas elecciones realizadas en 2020, que ratificaron y confirmaron ampliamente
los resultados de los comicios del año anterior.
-RECHAZA asimismo las declaraciones del alto representante para la
Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, en las cuales desconoce
la voluntad soberana del pueblo venezolano manifestada en las elecciones
parlamentarias, en abierta violación de lo pautado en el parágrafo 7 del
artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas, el cual pauta: “7. Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a
intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de
los Estados, ni obligará a los Miembros a someter dichos asuntos a
procedimientos de arreglo conforme a la presente Carta; pero este principio no
se opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas en el Capítulo
VII”. Debiéndose añadir que la Unión Europea carece de competencias o
facultades para intervenir en países que no forman parte de esa organización.
-RECHAZA también las declaraciones del Secretario de Estado de Estados
Unidos, Mike Pompeo en el sentido de que las elecciones parlamentarias en
Venezuela habrían sido “fraudulentas” y “manipuladas”, por ser pronunciamientos
injerencistas, intervencionistas, carentes de pruebas o argumentos, y porque
carece de estatura ética, moral, técnica o jurídica para calificar comicios en
otras naciones un país donde las elecciones presidenciales son en segundo
grado, donde resulta electo el candidato que reúne menos votos, y donde todavía no se conoce de manera certera el
resultado de la consulta realizada el 3 de noviembre, sobre la cual el propio Presidente declara que ha habido
fraude en jurisdicciones donde el número de sufragios supera al de votantes
inscritos.
-REITERA
que la República Bolivariana de Venezuela es un país soberano, autónomo e independiente
que decide las cuestiones relativas a su jurisdicción interna de acuerdo con su
Constitución y sus leyes, sin consultar ni someterse a poderes, Estados o entes
foráneos. que no
interfiere ni interviene en los asuntos de otros países, y que en este sentido espera de ellos
reciprocidad, paz, amistad y respeto.
DESDE LA REDH CELEBRAMOS, UNA VEZ
MÁS, LA DEMOCRACIA Y LA PAZ EN VENEZUELA
Desde
la Red en Defensa de la Humanidad celebramos una nueva demostración de democracia
por parte del pueblo venezolano que, este domingo 6 de diciembre acudió de manera
cívica y pacífica a los centros de votación para elegir a las diputadas y
diputados de la Asamblea Nacional para el período 2021-2025.
Apegados
a su Constitución, a pesar de las criminales agresiones a la que ha estado sometido
por parte del imperialismo estadounidense, a pesar de una guerra económica y un
bloqueo criminales, a pesar de las dificultades derivadas de la pandemia, a
pesar de las presiones inconstitucionales ejercidas por gobiernos injerencistas
llamando a la suspensión del proceso electoral, y a pesar de la convocatoria
antidemocrática de abstención por parte de los factores políticos de la
ultraderecha, el pueblo de Bolívar salió a votar y ejerció su derecho al
sufragio cumpliendo con el mandato constitucional de renovar cada cinco años el
Parlamento, lo cual de acuerdo con su Carta Magna debe concretarse antes del 5
de enero, fecha en la que deben instalarse los diputados electos.
Los
miembros de la Red en Defensa de la Humanidad aplaudimos la pluralidad política
que caracterizó el proceso electoral en Venezuela con la participación de
14.400 candidatos para optar a 277 curules del Parlamento de los cuales 13.000
pertenecen a los partidos políticos que hacen oposición al gobierno nacional y
a la revolución bolivariana. Desde la Red felicitamos a todos los candidatos
que fueron electos.
Resaltamos
la transparencia que caracterizó los comicios de este 6 de diciembre, los
cuales contaron con un sistema electoral automatizado, auditado antes, durante
y después de la jornada electoral por parte de todos los factores políticos que
participaron en la contienda, quienes estuvieron acompañados por más de 1.500
observadores que concurrieron desde distintas latitudes. Un sistema electoral
que en menos de 24 horas ofreció a los venezolanos y al mundo, resultados
definitivos de la convocatoria electoral.
Ante el
júbilo que embarga a Nuestra América por el ejemplo de democracia que una vez más
ha dado el pueblo venezolano, debemos también rechazar la actitud injerencista
de los gobiernos de Estados Unidos, de Europa y de la OEA que nuevamente,
violando el derecho internacional, buscan desconocer las elecciones en
Venezuela y pretenden inmiscuirse en los asuntos que solo les compete a los
venezolanos por ser una Nación soberana e independiente.
Felicitaciones
a los venezolanos y las venezolanas por esta elevada demostración de civismo.
Los abrazamos y celebramos con ellos la verdadera democracia y la Paz.
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Luis Britto García
RETOS DE AMÉRICA LATINA POSTNEOLIBERAL
Los primeros resultados del Consejo Nacional Electoral en las
Elecciones Parlamentarias 2020
revelan que sobre 82,35% de las actas
escrutadas, el
Gran Polo
Patriótico Simón Bolívar (GPPSB), obtuvo 3.558.320 votos, el 67,6 % del total, y la Alternativa Popular
Revolucionaria (PCV) 143.917, un 2,73%.
Votó cerca del 31% del padrón electoral,
pues en las elecciones parlamentarias la concurrencia históricamente es menor
que en las presidenciales. Estos
resultados, no reversibles, suman por lo menos un 70,33% de sufragios para las
fuerzas progresistas.
Concluye así un quinquenio de zozobra
durante el cual la mayoría opositora de la Asamblea Nacional Legislativa se
negó a sancionar proyectos de
Presupuesto, apoyó oleadas terroristas y agresiones de Estados Unidos y sus
cómplices; suplantó la Constitución con
manuales para desestabilización de gobiernos de Eugene Sharp y del jefe del Comando Sur Kurt Tidd,
presentó a su presidente interno
como Presidente de la República votado por nadie y convalidó su latrocinio de
los bienes de Venezuela en el exterior como agente de Estados Unidos y sus
gobiernos cómplices.
El significado de este triunfo sólo
puede ser apreciado considerando la perspectiva
de América Latina y el Caribe. Victorias electorales y contundentes movimientos sociales ponen en
evidencia la caducidad, no sólo económica y social, sino también política del
orden neoliberal.
Los gobiernos socialistas de Cuba y
Nicaragua siguen su curso, sobreviviendo a todas las agresiones. En Bolivia
retorna el gobierno socialista del MAS, después de un golpe de Estado
concertado entre la OEA, el ministro de la Defensa y la autoelegida dictadora
Jeannine Añez.
En México y Argentina gobiernos
progresistas corrigen décadas de errores. En Chile oleadas de protesta fuerzan la convocatoria a una Constituyente
que enterrará al pinochetismo.
En Perú demoledoras manifestaciones o
investigaciones por corrupción deponen en rápida sucesión tres Presidentes
fondomonetaristas. En Ecuador, Brasil y
Colombia masivas protestas conmocionan los regímenes neoliberales de Lenin
Moreno, Bolsonaro y Duque.
Ningún gobierno neoliberal de los
impuestos por golpe de Estado, golpe judicial,
engaño o simple traición ha
satisfecho las necesidades de las masas ni consolidado consensos que le permita
perpetuarse. El sistema que ha tenido
éxito en acumular más de la mitad de la riqueza del mundo en el 1% de la
población también ha triunfado en privar de educación, medios de vida y
cuidados médicos al resto de la humanidad.
Las cosas no van nada bien en los países que hasta hace poco ejercían la
hegemonía.
Estados Unidos perdió hace un quinquenio
su estatuto de primera potencia del mundo; demostró palmaria incapacidad para atender una
emergencia sanitaria; enfrenta la peor crisis económica y social desde 1928;
alberga movimientos racistas y xenófobos; y sus autoridades mismas están enfrentadas y
divididas sobre los resultados de las elecciones del 3 de noviembre de 2020 y
las políticas para atender la emergencia.
Francia está asimismo hundida en la
depresión económica y la protesta social y económica de los chalecos amarillos.
España presencia otro auge de las protestas sociales. India enfrenta la más
grande y prolongada huelga general de la Historia, en la cual 200 millones de
campesinos y granjeros protestan contra la pobreza extrema.
El sistema que ha tenido éxito en acumular más de la mitad de la riqueza
del mundo en el 1% de la población también ha triunfado en privarla de educación, medios de vida y cuidados
médicos aceptables.
Las mayorías vuelven a favorecer las
propuestas socialistas. Como declara Rafael Correa: “Soplan vientos de
esperanza”.
Sin embargo, llama la atención en este
panorama de insurrecciones sociales casi espontáneas la aparente ausencia de la
conducción de organizaciones radicales que deberían dirigir las fuerzas
movilizadas hacia objetivos revolucionarios y evitar su dispersión y
desarticulación.
Los progresismos deben desechar la
tentación de la falta de radicalidad que los incita a estancarse, descuidar las
reivindicaciones de las masas que los apoyaron, contrabandear recetas
neoliberales con rótulos seudo revolucionarios y resignarse a perder el poder
hasta que alguna eventualidad les permita recuperarlo para repetir el ciclo.
Está planteado el reto de una
América Latina postneoliberal.
Ello implica, en lo ecológico, racionalizar el uso de recursos naturales y preservar la
biodiversidad y el equilibrio ecológico planetario. Detener la privatización de
las aguas y la destrucción de los pulmones vegetales del mundo. Controlar o
vetar la manipulación genética de
organismos vivientes y detener el calentamiento global y la
contaminación.
En lo social, comporta eliminar toda barrera de discriminación social,
étnica, cultural, de género o de cualquier otra índole. Garantizar el acceso a todos los niveles de
la educación. Traducir la automatización
en disminución de la jornada de trabajo y no en desempleo. Aplicar los
excedentes económicos a la eliminación del hambre y la pobreza y no a la
acumulación privada.
En lo económico: Colocar bajo control social los principales medios de producción, y
planificar la economía en función de las necesidades sociales. Reivindicar el
derecho a proteger las economías nacionales. Reestructurar integralmente
sistemas tributarios, con aplicación efectiva de principios de Territorialidad,
Progresividad y proscripción de Paraísos Fiscales. Reestructurar los sistemas
monetarios en función del efectivo respaldo de las respectivas divisas. Imponer
salarios que garanticen la satisfacción de las necesidades básicas. Regular o
proscribir la especulación financiera que produce dividendos ficticios. Remitir
la Deuda Pública Impagable que devora gran parte de la producción.
En lo político: Reestructurar
modelos electorales para que permitan la efectiva y transparente
expresión de la voluntad de las mayorías.
Constituir gobiernos que respondan a las demandas y necesidades del
pueblo y no a las del gran capital. Sancionar a funcionarios y representantes
que incumplan sus programas y promesas electorales. Implantar el control previo, concomitante y
posterior informatizado en tiempo real de las actividades financieras públicas
y privadas.
En lo estratégico: Reducir el gasto armamentista. Instituir la progresiva
cooperación de los ejércitos en tareas pacíficas de interés colectivo.
Proscribir el uso de mercenarios, paramilitares y asesinatos selectivos.
Disolver alianzas militares como el
Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y expulsar bases de potencias
extrañas a la región que funcionan como
instrumentos de injerencia y ejércitos de ocupación.
En lo internacional: Revitalizar
organizaciones regionales como el Alba, la Celac y Unasur, y crear otras
que no sean instrumentos de unipolaridad
imperial. Integrar alianzas de países históricamente agredidos y explotados por
imperios. Proscribir bloqueos y mal llamadas sanciones. Culminar la
descolonización.
En lo cultural: Garantizar el Derecho Universal a la Educación. Preservar
el legado de las culturas autóctonas. Aplicar el aparato mediático de las
industrias culturales a la Educación y la difusión de contenidos científicos y
estéticos. Invertir recursos ahorrados en la reducción de armamentos y la
proscripción de especulaciones, en investigación científica, educación y creación cultural.
Hagamos de Nuestra América la Gran Patria Nuestra.