¿Cómo está institucionalizada la discriminación racial en EEUU?
Laila Tajeldine
El actor norteamericano Will Smith frente a los hechos policiales que dieron muerte al ciudadano estadounidense, George Floyd, expresó: «El racismo en Estados Unidos no está empeorando, solo que ahora se está grabando». Pues es así, en EEUU la discriminación racial es una política de Estado que continúa y se fortalece cada vez más. No en vano en el año 2014 las Naciones Unidas denunciaba que, en la práctica, en Estados Unidos la discriminación racial se daba de forma constante en todas las esferas de la sociedad, resaltando la judicial y policial como una de las más significativas. Así mismo, la ONU aseveraba que más de un tercio de la población afroamericana había sufrido algún tipo de discriminación; y los crímenes de odio racial seguían contando con la permisividad del Estado. Dos años después el presidente del Grupo de Trabajo de la ONU sobre los afrodescendientes, Ricardo Sunga, destacaba que en Estados Unidos existen «diferencias en casi todos los indicadores de desarrollo humano y los afrodescendientes llevan la peor parte, desde la esperanza de vida, hasta la educación. Además, resaltó que tanto la afrofobia como la discriminación racial persisten en ese país.
En 2016, el Centro de Investigación Pew de EEUU mostró a través de un estudio poblacional que en ese país el 70% de la población afroamericana y el 52% de la población latina habían sufrido algún tipo de discriminación.
La política de discriminación racial en Estados Unidos no ha variado en lo más mínimo respecto a la situación de las poblaciones vulnerables, incluyendo la población afroamericana. A dicha comunidad se le unen otros problemas no menos importantes como la falta de seguridad alimentaria, la precariedad de viviendas, el desempleo, la segregación laboral, la falta de acceso a servicios en igualdad de condiciones, la insuficiencia de los hospitales, la falta de seguro médico, así como escuelas subfinanciadas de baja calidad, la inexplicable cantidad de droga que se reparte en esos grupos y ahora el COVID-19.
Grupos de odio institucionalizados
Según el Southern Poverty Law Center de Estados Unidos, en 2019 se registraron en ese país 940 grupos de odio que operan en Estados Unidos, incluyendo neonazis, integrantes del Ku Klux Klan, nacionalistas blancos y “vigilantes” fronterizos, entre otros.
La política que ha venido desarrollando Estados Unidos contra la población afroamericana lo ha llevado incluso a protegerse de Leyes Internacionales que pueden llegar a comprometerlos, por ello, ese país no es parte de: Convención de las Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; Convención Internacional sobre los derechos económicos, sociales y culturales; Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas; Convención Internacional sobre la represión y el castigo del crimen de apartheid; Convención Internacional contra el apartheid en los deportes; Segundo Protocolo facultativo del Pacto Internacional sobre los derechos civiles y políticos destinados a abolir la pena de muerte, así mismo no son partes del Estatuto de Roma, a fin de evitar ser juzgados por los crímenes de lesa humanidad contra la población afro y otras naciones del mundo.
A lo interno, en la actual Constitución de Estados Unidos, que fue adoptada en 1787 y enmendada veintisiete veces desde 1791 a 1992, no se han ratificado las enmiendas que prohíben la discriminación entre hombres y mujeres
El COVID-19 y la población afro
Según las cifras recopiladas por el Laboratorio de Investigación estadounidense APM en 40 estados, los afroamericanos están muriendo a causa del coronavirus a un ritmo casi tres veces superior al de los blancos. Igualmente, la probabilidad de morir por el coronavirus entre los residentes afros de Kansas es siete veces mayor que entre los blancos. En Missouri, Wisconsin y Washington DC, la ratio es seis veces más.
De acuerdo a un reciente trabajo publicado por el medio estadounidense New York Times, las personas afro en Estados Unidos se han visto afectadas de manera desproporcionada; y lo mismo ocurre con ocho de las 10 principales causas de muerte en los Estados Unidos. Incluso antes de la pandemia, la esperanza de vida de los negros era 3,5 años más corta que la de los blancos.
Así también, un investigador internista y de políticas de salud de la Universidad de Pensilvania, el médico Atheendar Venkataramani, afirmó que de acuerdo a estudios en Estados Unidos se revela que «un bebé afroamericano nacido en 2017 tiene una esperanza de vida de 3,5 años más corto que el de un bebé blanco. Si las desigualdades actuales persisten, el bebé negro tendrá casi 2,5 veces más probabilidades de vivir en la pobreza, casi el doble de probabilidades de abandonar la escuela antes de obtener un diploma de escuela secundaria y más de seis veces más probabilidades de ser encarcelado que el blanco. En el camino, el afroamericano promedio vivirá en viviendas más pobres, tendrá menos acceso a comida saludable y estará más expuesto a contaminantes ambientales y crímenes violentos que su contraparte blanca. Es más probable que sufra obesidad, asma, diabetes, enfermedades cardíacas y presión arterial alta».
Pobreza en Estados Unidos
De acuerdo a un estudio realizado a finales de 2017, el relator sobre pobreza extrema y Derechos Humanos de la ONU, Philip G. Alston, publicó un informe ante el Consejo de DDHH que muestra la pobreza ascendente es Estados Unidos y verificó que en aquel momento existía un total de 40 millones de estadounidenses que viven en pobreza, más 18,5 millones en pobreza extrema y 5,3 millones que vivían en condiciones de pobreza extrema propias del tercer mundo». Es decir, 63 millones de personas que, para el día de hoy, producto de la recesión económica en Estados Unidos y el COVID-19, podría duplicarse.
Para el relator Alston, la pobreza en Estados Unidos no es solo un en estereotipo racial. «La realidad es que hay ocho millones más de pobres blancos que de pobres negros. El rostro de la pobreza en Estados Unidos no solamente es negro o hispano, sino también blanco, asiático y de muchos otros orígenes».
Señaló a su vez que los negros tienen 2,5 más probabilidades que los blancos de vivir en la pobreza, una tasa de mortalidad infantil 2,3 veces superior. Igualmente el nivel de desempleo duplica el de los blancos y usualmente ganan solo 82,5 centavos para cada dólar que obtienen estos. Además, su tasa de encarcelamiento es 6,4 veces mayor.
Cárceles en especial para afros
Según el Departamento de Investigación de Statista Alemán, en EEUU en el 2019 se contabilizaban 2,12 millones de personas que se encontraban en prisión y la mayoría de los presos eran de origen negro o afroamericano, aun cuando la población afro en ese país componen el 12% de la población total estadounidense.
Aun cuando ese país tiene el 5% de la población mundial, su población carcelaria representa el 23% de los privados de libertad a nivel global. En Estados Unidos aún se aplica la pena de muerte y de acuerdo a numerosos investigadores, el racismo es un factor determinante en la aplicación de la pena de muerte en la nación norteamericana.
Pero no suficiente con ello, las compañías de prisiones privadas esclavizan a su población carcelaria, por ello han admitido que su negocio depende de las altas tasas de encarcelamiento, por cuanto en las cárceles la mano de obra es más barata y no se reconocen horas extras.
Según el trabajo investigativo publicado por el periódico The Worker World, titulado “El Pentágono y el Trabajo Esclavo en las prisiones” se revela que desde las cárceles se produce, a través de la mano de obra barata, componentes de alta tecnología para misiles, aviones, vehículos y otros implementos militares. De acuerdo al estudio publicado por el Observador LBO de Estados Unidos (Left Business Observer), el 20% del PIB de Estados Unidos proviene de lo que se produce en las cárceles. En las prisiones se han conformado industrias donde se produce el 100% de todos los cascos militares, cintas de municiones, chalecos antibalas, chapas identificativas; 98% del equipamiento de cadenas de montaje; 93% de las pinturas y pinceles; 92% de los hornos; 46% de chalecos antibalas de uso civil; 36% de electrodomésticos; 30% de los auriculares, micrófonos, altavoces; 21% del mobiliario de oficina. Muchas compañías como IBM, Boeing, Motorola, Microsoft, AT&T, Wireless, Revlon, Macy’s, están produciendo desde las cárceles, beneficiándose de la mano de obra barata para obtener mayor beneficio.
Las irrefutables cifras y estudios revelan una política sistemática de discriminación estructural por parte de los distintos gobiernos norteamericanos hacia la población afroamericana y contra los pobres en general, lo que refleja que la discriminación racial aún persiste y no se hace nada para detenerla, razón por la cual la población afro se encuentra hoy en las calles tratando con ello de revertir su realidad.
Por supuesto, están quienes pretendan sacar provecho de lo que sucede de cara a las elecciones presidenciales que se avecinan en ese país, por lo que Donald Trump, actual Presidente de Estados Unidos, utilizará estos hechos para polarizar a la población blanca supremacista a su favor, mientras que los demócratas harán lo mismo mostrando una solidaridad, que nunca han tenido, con la población afro.
La solución se encuentra en la unión de las diferentes organizaciones, causas y luchas por justicias sociales al margen de los poderes económicos que hoy se representan a través de los demócratas y republicanos. La solución está en manos del pueblo estadounidense.
*La autora es profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela y analista internacional.
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